Como seres humanos, todos tenemos malos hábitos. A pesar de que trato de predicar con el ejemplo y me enfoco en mantener mis hábitos saludables el día a día para ayudar a las personas a vivir una vida sana, no soy perfecta. A pesar de que sé exactamente qué hacer para romper mis malos hábitos y estoy trabajando en ello, no los he conquistado a todos. La mayoría de nosotros sabemos lo que tenemos que hacer, pero todavía tenemos problemas para detenernos.
Entender por qué te dedicas al hábito es un gran primer paso para tratar de detenerlo.
Aquí hay algunas estrategias para ayudarte a romper un mal hábito. El tiempo que te tome depende de ti, dependiendo de tu nivel de determinación y deseo de cambiar.
- Haz una lista de los problemas que el hábito causa para ti y para las personas que te rodean. Mirar las formas en que tus acciones podrían estar afectándote negativamente a ti y a las personas que te importan en el papel hace que sea más difícil de ignorar o negar.
- Haz una lista de cómo dejar el hábito te beneficiaría a ti y a tus seres queridos.
- Averigua para qué sirve el hábito y por qué lo haces. ¿Estás aburrido y te ayuda a pasar el tiempo, como pasar demasiado tiempo en las redes sociales o en Netflix? ¿Scrollear en las redes sociales te hace sentir menos solo y te ayuda a evitar el miedo a abordar la ansiedad social? Descubrir el problema subyacente y abordarlo hace desaparecer la necesidad del hábito.
- Encuentra algo más para tomar el lugar del hábito. En lugar de tomar un bocadillo poco saludable cuando estés aburrido o cansado, camina 10 minutos o prepara una taza de té.
- Establece objetivos y recompénsate por tus logros. Empieza con algo factible, como cambiar tu patrón por un día, y haz algo bueno por ti mismo. Haz el siguiente objetivo tres días y luego una semana. Cada vez que alcances tu objetivo, sentirás una sensación de orgullo y sabrás que puedes vivir sin tu hábito.
- Obtener ayuda. No hay nada de malo en pedir ayuda a un terapeuta o a un amigo. No siempre tenemos que hacer todo nosotros mismos, y se necesita más fuerza para admitir que necesitamos ayuda que fingir que no lo necesitamos.
- Decide cuánto quieres o incluso necesitas renunciar. Es fácil ser duro con nosotros mismos o sentirse culpables porque no estamos a la altura de falsas expectativas de perfección. A menudo pensamos que «deberíamos» ser de cierta manera cuando en realidad solo necesitamos ser nosotros mismos. Cuanto más nos cuidamos a nosotros mismos, menos tiempo tenemos para comportamientos que son dañinos o que son un desperdicio de tiempo.
No importa qué hábitos destructivos estés tratando de cambiar, es importante ser paciente contigo mismo. Si te mantienes constante y sigues recordándote a ti mismo por qué quieres cambiar, seguro encontrarás el éxito.
