Si estás comenzando a explorar el mundo del skincare y deseas tener tu propia rutina o si tienes una rutina y quieres saber si estás haciendo lo correcto, estás en el lugar correcto.
¿Porqué deberías armar una rutina personalizada de skincare? No todas las pieles son iguales, hay muchos factores como la edad, el tipo de piel, tus necesidades de la piel, etc. Que afectan a la hora de crear la rutina de skincare perfecta para ti.
Arma tu rutina
Ahora que ya conoces algunas generalidades y la importancia de practicar el skincare, es momento de conocer cómo elegir los mejores productos para armar la rutina que más se adapte a ti. Para ello es importante considerar lo siguiente:
- Tipo de piel. Aquí nos referimos principalmente a qué tan balanceada está la piel en cuanto a producción de sebo facial, nivel de hidratación, el tamaño del poro y algunas características que se presentan con cada tipo. Identifica tu tipo de piel, toma en cuenta estas características:
- Piel seca: se caracteriza por falta de brillo, piel opaca, puede presentar descamaciones o irritaciones. Existe una falta de producción de sebo en la piel y los poros generalmente no son tan visibles.
- Piel normal: es la piel ideal. Posee un balance adecuado en la producción de sebo facial, la piel luce iluminada naturalmente
- Piel grasa: es la piel que sobre produce grasa, su aspecto es brilloso, sus poros tienden a ser un poco más grandes y puede presentar con más facilidad espinillas, puntos negros y comedones.
- Piel mixta: es la piel que en ciertas partes del rostro tiende a ser normal o seca y en otras partes es grasa (generalmente en la zona T).
- Toma en cuenta tu edad. Generalmente, conforme avanzamos en edad, nuestro organismo va cambiando y por ende, puede cambiar nuestra piel. Si en la adolescencia uno puede presentar piel grasa, en edades más avanzadas de la adultez puede cambiar a una piel seca.
- Observa tu piel. Nota los cambios que puede presentar con el clima, o incluso con el uso de las mascarillas. Puede que estos cambios afecten tu piel y deberás entender si debes cambiar o agregar algún producto a tu rutina.
Los pasos básicos
La gran variedad de productos en el mercado puede ser abrumadora. No te preocupes, sigue estos pasos básicos, que son los pasos principales en tu rutina de cuidado de la piel, para mantener tu piel sana:
- La limpieza es un paso imprescindible, de día o de noche, para ayudarnos a deshacernos de contaminantes, impurezas y exceso de grasa. Si usas maquillaje, primero usar un desmaquillarte o agua micelar y luego usar un limpiador . De esta manera, te asegurarás de que se eliminen todos los rastros de impurezas.
- El tónico, si bien es un producto que a veces subestimamos, es importante reconocer su función principal, que es equilibrar el pH de la piel. Mantener el equilibrio nos ayuda a mantener nuestra piel sana y hace que el resto de nuestra rutina de cuidado de la piel sea más eficiente.
- Hidrata y humecta. Este paso es fundamental para todo tipo de pieles, incluso las pieles grasas. A través de este paso, brindamos elasticidad a la piel, fortalecemos la barrera cutánea y ayudamos a equilibrar la producción de sebo facial.
- Nutre tu piel: si nutres tu piel con antioxidantes, minerales, vitaminas y más, tendrás como resultado que la piel se vea más brillante, las líneas finas se previenen (y disminuyen) e incluso puede ayudar a mejorar el tono de la piel. Los productos que te dan un impulso son las esencias (que se encuentran en mascarillas faciales) y serums. Ambos aportan nutrientes más concentrados a la piel, la diferencia es que los serums se centran en una hidratación profunda además de aportar nutrientes.
- Protege tu piel de los rayos UV. Es importante usar protector solar tanto si estás fuera de casa como si no. Elige uno que te guste y no te sientas sobrecargado.
Los productos adecuados a mi tipo de piel
Cada tipo de piel necesita ciertos beneficios principales. De acuerdo a los pasos anteriores, elige productos que además de cumplir con las características básicas (limpieza, hidratación, etc.) también contengan ingredientes y beneficios adecuados a tu tipo de piel.
Guíate con lo siguiente:
- Para pieles secas, elige productos enfocados en hidratar, en incrementar la elasticidad de la piel. Las cremas humectantes pueden ser un poco más espesas (según qué tan seca tengas la piel) para reforzar el grado de hidratación.
- Pieles normales, puedes elegir los productos con un nivel básico de hidratación/humectación y darle nutrientes adicionales para prevenir las líneas de expresión o bien mejorar alguna condición (ejemplo, el tono).
- Pieles grasas y mixtas: utiliza productos enfocados en balancear el sebo facial. Las cremas deberán ser ligeras y no deberían obstruir los poros. Evita los productos que sólo se enfocan en resecar la piel, ya que esto te puede contribuir a generar más grasa. Sé constante con tu limpieza.
