Crecimiento personal, hábitos más saludables, mentalidad más clara… todos estos objetivos son alcanzables, pero con una práctica diaria que los convierte en rutina. Y cuando se trata de práctica diaria, todos necesitamos una dosis saludable de responsabilidad.
Si bien ser responsable suena tan serio y adulto, en realidad es la base del éxito en cada parte de la vida. Ya sea tomando grandes decisiones profesionales, o poniendo nuestro cuerpo en forma o mejorando nuestra relación con nosotros mismos y con los demás. Aquí hay algunas excelentes maneras de mantener el ritmo y lograr todas tus metas.
Sé claro
En primer lugar, queremos ser muy claros con nosotros mismos lo que estamos tratando de lograr. Las ideas vagas como «parecer mejor», «encontrar amor» o «ser exitoso» no son procesables por sí solas, por lo que es útil establecer un objetivo definitivo. Cosas como crear un plan de comidas saludable o una rutina de entrenamiento para alcanzar un objetivo de peso, son ejemplos generales. Tal vez aprender un nuevo instrumento o idioma.
Consigue un amigo
Algunos objetivos son mejores juntos. Encuentra algo que un amigo pueda querer hacer contigo y prepárense para el éxito. Si se trata de meditación, por ejemplo, empieza poco a poco: 10 minutos al día durante dos semanas. Hablen entre ustedes a diario para asegurarte de que ninguno de los dos se olvide. No querrán mentirse o decepcionarse el uno al otro, lo que ayudará al logro de ese objetivo.
Escríbelo
Sea lo que sea que esperes hacer, escríbelo en algún lugar al que hagas referencia a menudo. Tal vez ese sea tu journal, tal vez sea solo una nota adhesiva en el espejo o en tus notas del celular. Escríbelo de una manera que te inspire y te eleve, en lugar de castigarte o hacer que te sientas pequeño. No olvidar tus verdaderos deseos es un acto de amor propio, pero también de responsabilidad.
Prográmalo
Si estás tratando de hacer un gran cambio, pensarlo en gran escala solo te estresará y te hará congelar de miedo. Desglosarlo en miniobjetivos, y programar la finalización de cada objetivo hará que sientas la responsabilidad de cumplir con lo que te prometiste. Te mantendrá en el buen camino creará un sistema para la rendición de cuentas.
Autorreflexión
Si es un mal hábito patrón que estás tratando de romper, llevar un journal o hablar con un profesional, como un terapeuta, puede ayudarte a identificar exactamente cómo te estás interpones en tu propio camino. A veces no son nuestras circunstancias las que nos impiden lograr lo que queremos, sino nuestro propio miedo. Deja de justificar la inacción y empoderate.
Buscar feedback
Si bien este consejo no requiere un compañero de rendición de cuentas para completar tus metas, implica decirle a alguien tu objetivo. Tal vez sea un mentor, alguien a quien admiras o alguien que ha logrado lo que quieres. Hazle saber lo que estás haciendo para lograr tu objetivo y debes estar abierto a recibir comentarios honestos y directos sobre tus procesos, qué hacer más y qué cambiar.