Todos hemos experimentado dudas sobre nosotros mismos en algún momento, y si no se controla, puede causar estragos en nuestras vidas. La duda puede interponerse en el camino de lograr nuestros objetivos, hacernos creer que no merecemos cosas buenas, hacer que nos comparemos demasiado con otras personas (y pensar que nos estamos quedamos cortos) y contribuir al síndrome del impostor.
Entonces, ¿cómo nos aseguramos de que la duda no nos haga tropezar y nos lleve al autosabotaje? Aquí hay tres consejos para asegurarse de que la duda no nos supere.
Consejo #1: Comprueba tus pensamientos.
En promedio, tienes decenas de miles de pensamientos al día, pero no registras la mayoría de ellos. Y cada sentimiento y cada comportamiento está precedido por un pensamiento, incluso si no lo notas en el momento. Con el tiempo, éstos pensamientos se aprovechan de la base de quién eres y contribuyen a un círculo vicioso en el que podrías sabotear tus mejores esfuerzos.
Así que empieza a comprobar tus pensamientos. La próxima vez que notes sentimientos de duda que se arrastran, pregúntate: «¿En qué estaba pensando justo antes de esto?» Fíjate en la conexión entre el pensamiento, tus emociones y si actuaste sobre ese pensamiento.
Identificar el vínculo entre las emociones, los comportamientos y los pensamientos que los provocan te ayudará a darte cuenta de que en realidad hay un patrón. Conocer el vínculo entre cómo te sientes y lo que estás pensando te ayuda a darte una sensación de control sobre tus sentimientos negativos y patrones de pensamiento contraproducentes.
Consejo #2: Transforma Tus Pensamientos.
Una vez que hayas identificado un pensamiento negativo que está aumentando tus inseguridades, puedes usar una técnica científica para transformar el pensamiento en una que sea más equilibrada, justa y útil para ti. Hay tres métodos principales para transformar tus pensamientos negativos que conducen a la duda crónica de ti mismo. Puedes usar uno o todos ellos para cortar esos pensamientos autosabotadores de raíz.
Método 1 – Cuestiona tu pensamiento. Pensamiento ≠ Verdad
Método 2 – Modifica tu pensamiento.
Método 3 – No enfatizar el impacto del pensamiento.
El mensaje es que eres una persona independiente que tiene el pensamiento, que es una entidad separada de ti. El pensamiento no eres tú o una extensión de ti. Comentar tus pensamientos trae una separación entre tú y el contenido de tu mente, y esto puede ayudar a que los pensamientos negativos se sientan menos urgentes, creíbles y procesables.
Consejo #3: Recuerda Tus Valores.
Los valores son creencias o filosofías significativas que representan lo que quieres defender, cómo quieres relacionarte con el mundo y cómo quieres ser recordado. Se pueden vivir momento a momento, y siempre puedes elegir deliberadamente respetarlos, honrarlos y nutrirlos en un momento dado. A diferencia de los objetivos, no puedes marcarlos en una lista; en su lugar, te comprometes con ellos como una práctica diaria porque son parte del tejido de tu vida cotidiana. Ser honesto, humorístico o creativo, y encarnar la independencia, el respeto y la asertividad son algunos buenos ejemplos de valores.
Cuando experimentes dudas sobre ti mismo, recuérdate de estos valores y por qué es importante seguir adelante, incluso si te estás cuestionando a ti mismo.